
Dueño especial del lenguaje, tres palabras son necesarias para rasgar su paladar, el ambiente, extraño si lo hay, del otro lado dos borrachos que intentan describir a una paloma, que a simple vista, también parece borracha. Yo como por si las dudas me esmero en leerme, ver en mis trazos esas cosas aburridas que a algunos se les ocurre. Y por un momento, no muy largo obviamente, miro a mi alrededor y pienso en amputarme limpiamente un dedo o algo por el estilo para lograr lo que dice el cartel que leí en una librería, amputarse una extremidad con tal de ser como Bellatin.
J, enero 2010