30 jun 2011

Javier Sicilia, la risa de la valentia


Javier Sicilia camina y como buen poeta camina con la palabra al hombro. No solo su palabra sino la de miles a las que les fue negado ese acto. Las víctimas se las llama, aquellos que no están y que no son escuchados. Los miles que caminan a su lado llevan esas palabras cargadas de valentía en un país donde los valientes no gobiernan, sino que son asesinados, desaparecidos, masacrados, olvidados por el caminar de arriba que siempre va para su propio lado. Javier Sicilia camina a los tumbos, como se camina abajo, a veces para un lado, a veces para otro, a veces, simplemente, se detiene para posar el oído en los corazones enmudecidos, embebidos en olvidos, en mentiras y silencios, a veces recoge esas palabras y las lanza al vuelo de las palomas que llevaran su mensaje adonde sea necesario. Es ahí donde dice a La Jornada esa frase sacada de lo mas profundo "es el rescate de la relación entre seres humanos." Una frase recogida de la misma decencia y valentía, una frase que trastoca todo el entramado del poder mexicano, esa relación es la que se perdió y esa relación es la que construye desde abajo, donde las aguas fluyen a su manera, a veces parecen ríos torrentosos cargados de víctimas que transforman sus reclamos en una cascada ensordecedora que hace que arriba se mojen de miedo. Javier Sicilia el poeta recoge los versos que escucha, los guía, los lleva con los miles sin rostro que ahora pueblan de ojos la valentía y los reclamos de justicia y verdad. Hace tiempo que México perdió el rumbo con su lucha contra el narcotráfico y hace tiempo que abajo se grita para que arriba se hagan oídos sordos. Pero cuando miles caminan con el silencio del dolor el grito se apodera de valentía, se vuelve un vórtice capaz de llevarse por delante cuanto sea necesario. Y recogiendo las sabidurías de las luchas, como si estas fuesen un sustrato necesario, Sicilia recuerda al zapatismo, a la necesidad de dialogar y resolver las cosas a su modo, a su caminar, lento y desparejo con el tiempo de arriba. El tiempo de abajo se puebla de voces, de vida, de justicia y de dignidad. Si no hubiese sido un poeta hubiese sido cualquier otro. Pero a Sicilia le toco al igual que a Gelman, el poder que destruye les llego en su momento y la necesidad de recobrar la palabra robada, la palabra perdida y secuestrada, desaparecida de las temporalidades del poder para ser recobrada ahí abajo, en la valentía de los ninguneados, de los olvidados, de aquellos que fueron callados por el miedo y la violencia. Aquellos que ahora la arrebatan para hacerla propia. El tiempo dirá si esta palabra sera capaz, pero seguramente es esta la que se inscribe en la gran narrativa de los sueños, la gran historia, no la mezquina de los días y horas, sino la de los tiempos de los justos y dignos, la misma que tiempo atrás supieron recoger los zapatistas en el sureste México. En otro momento dice como recogiendo una verdad de la ceniza de la mentira "Logramos romper el monólogo del poder, y ese es un primer paso en un proceso que seguramente va a ser muy largo" un monologo que es propio de los necios, pero un monologo que es simple romper con valentía Javier Sicilia ríe, deja escapar una risa como cargada de miles de risas que ya no están, una mueca de vida, ni el poder, ni el silencio, ni el miedo, ni la violencia, le sacaran eso, esa sonrisa de miles en su propio rostro, ahora son ellos los que ríen, los de abajo, de felicidad por haber recobrado una parte necesaria para todo ser humano el reconocimiento de ser alguien, de tener nombre, de tener un rostro para alguien y no solo sus familiares, sino para un pueblo dolido, para una narrativa de abajo que se carga de risas, de vida nuevamente para emprender el camino de las piedras con valentía

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