14 feb 2010

Barrio Chino





La primera que paso por mi hacha fue Marita, una chica simpática pero con un horrendo olor a pata. La hice sentar en la mesita para que mirara la colección de juguetitos raros que tenia mi papa. Entretanto yo fui hasta el placar y agarre el hacha. Todavía recuerdo esa sensación hermosa de sentir las manos fríos y heladas en la empuñadura de la misma, después me acerque despacio y le partí la cabeza en dos.

Los muñequitos eran todos del Barrio Chino. Una vez al mes o una vez cada dos meses como mucho, mi viejo salía caminando tranquilo con su mochilita al hombro. Y mas tarde, tarde bien tarde cuando ya casi no había sol el llegaba y todos nos juntábamos alrededor de la mesa a ver los juguetitos nuevos. Yo y mi hermana nos quedábamos mirando hasta bien entrada la noche.

La noche que murió Marita yo me quede jugando con los juguetitos ahí al lado del cadáver. Jugué hasta bien entrada la noche.

Jeremías Maggi – Febrero 2009

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